martes, 15 de abril de 2014

1950. El Principio del fin.

Si bien 1948 y sobretodo 1949, podemos considerarlos los años de apogeo de la guerrilla, 1950 fue el inicio de su decadencia.
Comenzó a dar sus frutos, la llegada a 137ª comandancia de Málaga de miembros de la Guardia Civil, expertos en la lucha contra la guerrilla, como lo eran el teniente coronel Ángel Fernández Montes de Oca, el capitán Joaquín Fernández Muñoz, y el teniente Francisco Giménez Reyna. Y a la 136ª comandancia de Granada, del teniente coronel  Eulogio Límia Pérez, el cual también vino acompañado de cabos primeros que sirvieron con él en la lucha contra la guerrilla en Ciudad  Real y Toledo. Estos eran los casos  de Dámaso Cobo Gamero, o Trifón Redondo del Salado. A los cuales, situó como eficaces jefes de contrapartidas.
 Merece la pena mencionar también al fatídico, para sus enemigos, capitán Rafael Caballero Ocaña, jefe de la brigadilla de información y lucha contra la guerrilla en Granada. Cuyo negro historial, para sus detractores, está repleto de casos oscuros y dramáticos, amparado en el célebre Decreto de 18 de abril de 1947,  deliberadamente interpretado como ley de fugas.
En el caso de Málaga los anteriores jefes de comandancia, los tenientes coroneles Rafael Rojo Martín de Nicolás, primero, y después Antonio Gutiérrez Martínez, no obtuvieron los resultados de su sucesor. Con Montes de Oca cambió la situación. Se rodeó de oficiales cuyos métodos estaban basados en el terror, y en el fin justifica los medios. Atacaron duramente a las bases de la guerrilla en los pueblos, cortándoles de raíz el suministro, sembrando el pánico entre sus simpatizantes.

Teniente Francisco Giménez Reyna.

Con Límia ocurrió prácticamente igual. Su antecesor en la jefatura de la comandancia, teniente coronel Manuel González Ortiz, aunque de gran experiencia, pues estuvo anteriormente muchos años de comandante jefe del sector en Almuñécar, y aunque cosechó innumerables y buenos servicios, su éxito no alcanzó al de Límia. Según algunos de los que sirvieron a sus órdenes, González Ortiz, era excesivamente riguroso con los suyos, pero probablemente poco práctico.
El comienzo del mandato de Límia fue un tanto desconcertante para las bases de la guerrilla. Fue un periodo marcado por la pasividad, con un doble objetivo. En primer lugar provocar el exceso de confianza en su adversario, y por otro lado recabar la información suficiente que garantizase su éxito posterior.
Como ejemplo a lo ya comentado, y una vez era conocedor de que las localidades en las que la guerrilla obtenía en aquellos momentos, su máximo apoyo, planificó la operación para desmantelarlas. En la noche del 18 al 19 de agosto de 1950, con el sigilo que requería la situación, y con un contingente formado por 300 guardias civiles, rodeó primero y tomó después la localidad de Salar.
La consecuencia de la operación fue el de 93 detenidos, entre enlaces y colaboradores de la guerrilla. Posteriormente repetiría la situación en la cercana localidad de Loja, con el resultado 61 detenidos.
Otros de los aspectos en los que Límia fue precursor, fue en la lucha psicológica. Distribuyendo por las sierras y localidades panfletos incitando a la deserción, como el editado el 1 de febrero de 1951. El capitán Manuel Prieto López, durante algún tiempo a las órdenes de Límia en la comandancia de Granada, ese el mismo año, recurriría a la misma estrategia, cuando estaba al mando del subsector con base en Torrox (Málaga).

Teniente Coronel Eulogio Límia Pérez

Por todo lo mencionado, y por la falta de apoyo internacional y de su propio partido comunista, el cual se desentendió de la guerrilla, centrando su labor en la creación de sindicatos verticales y en la lucha obrera. La moral de los combatientes fue mermando, y la lucha guerrillera comenzó a cambiar de signo.
A continuación mencionaremos algunos de los encuentros más importantes, sostenidos entre la guerrilla y las fuerzas represoras, que contribuyeron al derrumbamiento que ya comentamos.

14 de Enero de 1950.
Encuentro en la Cañada del Hornillo (Escúzar).
Este encuentro tuvo lugar el sábado 14 de enero de 1950, en la sierra de Pera al este de Agrón. Más concretamente en el paraje conocido como Majada Piña, en las inmediaciones del Tajo Duro. En lo más alto de esta sierra, cubierta por encinas y espeso monte bajo, donde se inicia la llamada cañada del Hornillo.
Allí murieron
Manuel García Velázquez, conocido en Agrón como Currito, y en la sierra como Nicolás, de 34 años.
Francisco Calvo Ibáñez, (a) Federico. En Agrón era conocido como Paquillo el Móvil de 35 años.
José Rosas Rodríguez (a) Patricio, conocido en su pueblo Salar, como Me Alegro, de 21 años.
Francisco García Sánchez (a) Nuncio, vecino de Moraleda de Zafayona (Granada), de 22 años.
Antonio Pérez Pozo (a) Herrerillo, natural de Moraleda de Zafayona (Granada), de 23 años.
José Almirón Escamilla (a) Rodrígo, natural de Salar (Granada), de 22 años.
Por parte de la Guardia Civil, falleció el guardia segundo Ramón Barrero Prieto. A causa de las heridas de metralla recibidas en la región frontal y dorso de la nariz. Era soltero, natural de Baena (Córdoba), y tenía 23 años.
19 de enero de 1950.
Combate en cerro de las Víboras (Sierra de Loja).
En este lugar se encontraban unos ochenta guerrilleros acampados. Entre ellos Roberto, Clemente, Felipe, y todo el Grupo de Enlace. Cuando una confidencia de un pastor llevó a dos contrapartidas de la Guardia Civil, y numerosos miembros del servicio ordinario, de los destacamentos cercanos a Salar, al mando del teniente Jesús Manzano García. Una de las contrapartidas iba mandada por el cabo Dámaso Cobo Gamero, ya mencionado anteriormente.
Todo el operativo iba dirigido directamente por el jefe de la 136ª comandancia Eulogio Límia. Y en él intervino como práctico el célebre Felipillo. El cual, conocedor del lugar, condujo a los guardias por la zona más vulnerable del cerro.
El resultado no fue demasiado dramático, para el elevado número de contendientes. Por parte de la Guardia Civil murió el guardia Francisco Varela Casas. El cual fue alcanzado en la frente cuando intentaban un asalto a las posiciones guerrilleras.
Por parte de la guerrilla, falleció el capitán de la 1ª compañía del VI batallón, Antonio Núñez Montosa (a) Crescencio. Y resultaron heridos de escasa gravedad, Francisco Molina Cárdenas (a) Jorge, Francisco García Aguado, (a) Eugenio o Mediokilo, y Manuel Trasierra Ordóñez (a) Hilario.
18 de marzo de 1950.
Encuentro en el Cerro Martos.
Este hecho tuvo lugar en el corazón de la sierra de Cázulas, prolongación por el este de la sierra de Almijara, en el término municipal de Otívar (Granada).
Allí murieron un cabo, dos guardias y un guerrillero.

18 de mayo de 1950.
Emboscada en el cortijo Paso del Lobo (Loja).
Seguramente estamos ante uno de los sucesos más dolorosos para la Guardia Civil, en su lucha contra los combatientes de la Agrupación Málaga-Granada. En este servicio, sin duda de una planificación poco eficaz, a tenor de los resultados, encontraron la muerte tres guardias civiles y tres más resultaron heridos.

los guerrilleros fallecidos fueron:
Francisco Gámez Comino (a) Claudio en la Agrupación, y Charnecas en el pueblo. Teniente jefe del grupo. De profesión trabajador del campo. Nació en Fuentes de Cesna término de Algarinejo (Granada), en 1914, era viudo.
Antonio Quintana Ramos (a) Cipriano, en la Agrupación, y Prestaburras en el pueblo. Sargento y práctico del grupo. De profesión trabajador de campo. Nació en Zagra en 1924, estaba casado. Se marchó a la sierra en 1946.
Manuel Cruz Herrezuelo (a) Eugenio en la Agrupación, e Hierros en el pueblo. De profesión trabajador de campo. Nació en Loja el 20 de marzo de 1920, estaba casado.
Antonio Sánchez de la Rosa (a) Óscar en la Agrupación, y Niño de la Rosa en el pueblo. De profesión trabajador de campo. Nació en Salar en 1918, estaba casado. Se marchó a la sierra el 9 de mayo 1950. Tan sólo nueve días antes de su muerte.
Victoriano Martín Ruiz (a) Rolando, en la Agrupación, y Hallado en el pueblo. De profesión pastor. Nació en Loja en 1930, estaba soltero. Se marchó a la sierra en diciembre de 1949.
Miguel Lopera García (a) Zacarías. De profesión trabajador del campo. Nació en Loja en 1924, estaba soltero. Se marchó a la sierra en 1949.
Los guardias fallecidos eran:
José Ramos Serrano, era natural de la Órgiva, donde nació el 1 de agosto de 1921, estaba soltero.
José García Fernández, de estado soltero, nació el 14 de julio de 1924 en La Victoria (Santa Cruz de Tenerife).
Daniel Santos Soldado, nació el 3 de enero de 1926 en Fuentes de Fresno (Ciudad Real), también era soltero.
17 de julio de 1950.
Emboscada en el cortijo Pozo Húrtiga (Alhama de Granada).

Cinco guerrilleros murieron en el acto y sexto fue rematado al intentar escapar herido en sus piernas. Los dos restantes, Basilio y Jacinto, regresaron huyendo a la sierra de Loja, donde tomaron contacto con el resto de sus compañeros.

22 de Octubre de 1950.
Encuentro en el Roal de los Hornos. Río Cebollón (Jayena).
Dos guerrillero fallecieron cuando un delator los traicionó
27 de Octubre de 1950.
Encuentro en la Loma del Cuerno. Sierra de Loja.
Un grupo de guardias se topó con un campamento guerrillero. Mueriron un cabo y un guardia.
28 de Octubre de 1950.
Dos guerrilleros mueren en el interior de una cueva en Moraleda de Zafayona.
Los dos guerrilleros atrapados por la Guardia Civil, en el interior de la cueva donde se cobijaban eran José García Muñoz (a) Chendarme en su pueblo y Ceferino en la guerrilla, y Ricardo Moles Moles (a) Paulino en su pueblo y Alfredo en la guerrilla.
Ambos habían desertado de la Agrupación algunos meses antes, dedicándose a subsistir por su cuenta. Su lealtad estaba fuera de dudas por los servicios prestados, por lo que Roberto sabía que nunca se presentarían a la Guardia Civil, y que jamás traicionarían a sus compañeros y accedió a sus pretensiones.

28 de diciembre de 1950.
Encuentro en el cortijo El Cuartillo. Termino de Ríogordo (Málaga).

Allí murieron Salvador Arrebola Godoy (a) Candiles, en su pueblo y Rodríguez en la guerrilla, Antonio Bonilla Arrebola (a) Oscar, e Ignacio Lorente Lozano (a) Daniel. Antonio Arroyo Lozano (a) Eladio, escapó por esta zona, pero acabaría muerto en un apostadero el día 30, cuando en solitario trataba de alcanzar la sierra de Loja.
El resto de sus compañeros consiguieron escapar, hacia Villanueva del Rosario donde se reagruparon todos, regresando a sus bases en la sierra de Loja.
Como pueden observar un año, este de 1950, nefasto para la Agrupación Guerrillera. Más aún teniendo en cuenta que cada vez era más difícil reclutar nuevos miembros, y cada vez eran más numerosas las deserciones. El Año 1951, no resultaría nada alentador, con un resultado igual de dramático. Por ello Roberto decidió disolver la organización y buscar una salida honrosa para sus hombres. Objetivo, que como todos sabemos nunca llegaría a cumplir.

Rogamos a cualquier persona que pueda aportarnos datos de interés, especialmente fotos de los protagonistas, se pongan en contacto con nosotros en agrupacionmalagagranada@gmail.com

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